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#ViernesArqueológico: la valquiria de Hårby (Dinamarca)

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Se trata de un hallazgo arqueológico que tuvo lugar en diciembre del 2012 en Hårby, Dinamarca, llevado a cabo por tres arqueólogos ‘amateur’ que estaban aprendiendo a utilizar un detector de metales. Su descubridor, Morten Skovsky, encontró la figurilla congelada en la tierra y la llevó a casa para calentarla al lado de un radiador. Tras el descubrimiento, se llevó al Odense City Museum, donde Mogens Bo Henrisken —arqueólogo y conservador— certificó la autenticidad y la importancia del hallazgo. Actualmente se conserva y expone en el Museo Nacional de Copenhague, aunque esta foto la hice cuando estuvo expuesta en la exposición «Vikingos. Guerreros del Norte. Gigantes del Mar» del Museo Arqueológico de Alicante para la que tuve el placer de trabajar en 2015.

Os voy a hablar de la pieza central, aunque las que podéis ver a los lados también estarían consideradas valquirias. Está realizada en plata sólida dorada, con detalles del vestido y el escudo en niel negro. Representa una figura femenina de pie, que porta una espada, un escudo circular que sostiene con el brazo doblado por el codo, un vestido largo texturizado y el pelo recogido en una cola de caballo alta con un nudo trenzado. Los pies y las piernas están rotos, tal vez del deterioro o porque jamás terminó de fabricase y fue desechada. El museo de Odense ha llevado a cabo excavaciones en el lugar del hallazgo y se han encontrado fosos donde, aparentemente, se echaban los desperdicios de los talleres de artesanía, entre ellos el de forja, ya que se han desenterrado escombros y capas de chatarra.

Está fechada en torno al año 800 d. C., a comienzos de la Era Vikinga, mide unos 3,5 cm de altura y pesa alrededor de 13,4 gr. Posee un ojal en la zona de la nuca, lo que nos indica que debió ser ideada para ser algún tipo de colgante o amuleto.

Hasta la fecha, se habían realizado otros hallazgos de figurillas que supuestamente representan mujeres, pero éstas eran planas, en 2D, y la mayoría pensadas como broches. La particularidad de esta pieza radica en sus tres dimensiones, siendo el único ejemplar de estas características que se conoce en la actualidad.

La mayoría de los investigadores que la han estudiado coinciden en que se trata de la representación de una valquiria. Las valquirias (del nórdico antiguo singular valkyrja y plural valkyrjur) son uno de los personajes más fascinantes y más importantes de la mitología nórdica. Son deidades menores femeninas, llamadas dísir, cuyo nombre se puede traducir por «la que elige a los caídos en batalla».

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A la par que fascinante, su figura es misteriosa; consideradas hijas del dios Odín —el dios más importante del panteón nórdico—, la tradición nos las describe como mujeres bellas y exuberantes, fuertes guerreras que podían sanar cualquier tipo de lesión y muy asociadas con otra figura femenina relevante del imaginario nórdico; las doncellas guerreras y escuderas, las llamadas skjaldmö.

Sin embargo, parece ser que esta imagen es una distorsión que nos ha llegado a través de las óperas de Wagner y las representaciones decimonónicas del mundo vikingo, harto idealizado.  En las Eddas —los textos más relevantes que poseemos para el conocimiento de las tradiciones nórdicas y su religión—, Snorri Sturluson no las describe como mujeres bellas y hermosas, sino como seres horripilantes que podían matar con la mirada, que tomaban formas monstruosas y hacían caer lluvias de sangre sobre la Tierra o remaban en una nave atravesando los cielos en un mar de sangre. La misma descripción nos las presenta sentadas en el campo de batalla, tejiendo un tapiz hecho con intestinos humanos, utilizando una flecha como lanzadera y las cabezas de los guerreros como pesas de este sangriento telar.

Según las Eddas también, Odín les encomendaba la tarea de recoger a la mitad de los guerreros que caían en combate para llevarlos al Valhalla, su residencia, un gran salón donde vivirían estos guerreros convertidos en einherjer, aguardando hasta el día del Ragnarök —el fin del mundo de los vikingos— donde lucharían a su servicio contra las fuerzas del mal en un choque titánico de tintes épicos. En el Valhalla, las valquirias atendían las necesidades de estos guerreros y, entre otros menesteres, les ofrecían cuernos repletos de hidromiel para calamar su sed. La imagen de una mujer oferente con un cuerno es un motivo recurrente en la iconografía escandinava de época vikinga, y se han hallado otras piezas o amuletos que parece que nos muestran figuras femeninas ofreciendo recipientes que podrían ser vasos o cuernos.

En la imagen bajo estas líneas —que se corresponde con un fragmento de la piedra rúnica de Tjängvide, hallada en Suecia— se puede observar la figura resaltada con un círculo negro, que cumple las características de lo que acabamos de mencionar. Justo al lado de la figura encontramos el caballo de ocho patas Sleipnir, montado por su dueño, el dios Odín. Se trata de una escena de la llegada al Valhalla, de la que hablaremos a continuación.

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El mito de la valquiria parece una deformación de la propia existencia de algunas mujeres sacerdotisas que atendían a los ejércitos teutónicos, incluyendo los nórdicos, y tras cada batalla se encargaban de seleccionar a los prisioneros que iban a morir, así como de escoger el modo en el que morirían. Un delicado honor que los nórdicos habrían otorgado a los que habían sido derrotados en el campo de batalla de forma valerosa.

También se recoge la creencia de que en algún estadio mucho más primitivo de la religión escandinava las valquirias eran las sacerdotisas del culto a Odín y las que oficiaban los sacrificios rituales en los cuales los prisioneros eran ejecutados, esto es, llevados ante el dios. Probablemente, y con el tiempo, se convirtieron en el ideario y el imaginario colectivo en las valquirias que conocemos hoy en día, con su función.

Otro posible origen de las valquirias es el que las relaciona con los cuervos, los animales principales que posee el dios Odín. Las valquirias podrían haber sido una evolución ideológica y mitológica de la figura del cuervo; este ave está presente tras todas las batallas, devorando el cuerpo de los muertos. Tal vez por evolución, de aves se pasó a las valquirias ya que, con un poco de imaginación —que no debe faltar nunca a la hora de enfrentarse a una mitología—, la función y la idea era muy similar; entes que aparecen tras la batalla y que rebuscan entre los cadáveres que ésta ha dejado para, posteriormente, salir volando.

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Hervör muriendo tras de la batalla con los hunos. Una pintura de Peter Nicolai Arbo.

Las valquirias también podrían haber tenido su origen en estadios muy primitivos y religiosos de la historia de los pueblos germanos —anteriores a los vikingos—, pudiendo haber sido grupos de mujeres guerreras de las que solo nos habría llegado el nombre y la figura de su lideresa, y es que Sagas y Eddas nos han dejado bastantes nombres de estas figuras: Skögul, la lucha, la furia; Hókk, el estruendo o Göll, el grito


#ViernesArqueológico: el hacha de Mammen

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La zona de Mammen (en Jutlandia) es el lugar en el que se produjo uno de los más famosos y ricos hallazgos arqueológicos de Dinamarca: la cámara funeraria de Mammen, una cámara funeraria de época vikinga en estado completo (no expoliada) con los restos y las ofrendas o ajuar de un hombre que debió gozar de un estatus más que elevado. La cámara se construyó durante el invierno del año 970 al 971 d. C. Esta precisión de datación se la debemos a los análisis dendrocronológicos, que nos hacen la vida a los historiadores y arqueólogos muy feliz, y nos permiten saber que en esa fecha exacta se talaron los árboles que se utilizaron para construirla.

Mammen

La tumba se abrió en el año 1868, cuando un granjero  empezó a cavar en el montículo de Bjerringhøj. Hacia la misma fecha también se halló un tesoro cerca de una cantera de grava muy próximo al primer hallazgo. Los objetos de ambos lugares con el tiempo le dieron nombre a uno de los tipos de arte nórdico o escandinavo: el estilo Mammen. El hombre enterrado yacía sobre un lecho de cojines en un ataúd colocado dentro de la cámara de madera. A sus pies se encontraron dos hachas. En la tapa del ataúd había un cofre de bronce, dos de madera y una gran vela de cera. El hombre vestía ropa costosa decorada con seda púrpura y roja con bordados rojos y azules. No hay nada que evidencie si era pagano o ya cristiano ya que los motivos del hacha sugieren pagano, pero la vela de cera es un elemento claramente cristiano en este contexto. Tal vez se encontraba en un momento de transición personal, como sucedía por aquél entonces en casi toda Escandinavia. Por su ajuar, era un hombre elevadísimo estatus, tal vez perteneciente al círculo próximo del rey Harald Bluetooth dadas las fechas y la localización.  Todos los objetos –incluido el que es insignia, el hacha– pueden verse hoy en día en el Museo Nacional de Dinamarca, en Copenhague, donde hice esta foto durante mi viaje en septiembre.

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Hacha de Mamen. Museo Nacional de Dinamarca, Copenhague. Fotografía: Laia San José Beltrán.

En cuanto al hacha, que es lo que nos interesa aquí, es de hierro, adornada profusamente con plata. Los motivos decorativos que posee a ambos lados son los que han dado nombre a esta fase del arte escandinavo y, probablemente, fue un arma de tipo ritual o ceremonial más que de uso común. En una de las caras del hacha podemos ver un gran pájaro con un ojo circular, la cabeza erguida, con pico y oreja y todo el cuerpo entrelazado. En la otra cara del hacha encontramos un díselo de hojas (foliar) entrelazado. Cerca de donde habría estado el mango podemos ver un nudo entrelazado en un lado y una máscara humana triangular en el otro

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Copy; Wikimmedia

Como veis en la foto, el estilo Mammen es el quinto tipo de estilo artístico escandinavo. Es una evolución gradual de su antecesor, el estilo Jelling y son muy similares en su inicio, casi de diferencia imperceptible. En este estilo los animales tienen formas más evidentes que en los anteriores, las espirales son más grandes y por primera vez aparecen formas vegetales claras, tales como sarmientos, zarcillos y esbozos foliares.

Pinchando aquí podéis acceder a una entrevista de radio en la que hablé muy brevemente sobre arte vikingo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Birka, una ciudad vikinga

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NOTA: Este artículo fue publicado el 3 de abril de 2018 como Cápsula Histórica en Historia 2.0, por mí, y lo que hago aquí es una reproducción exacta del mismo.

En esta entrada os voy a hablar un poco de las ciudades vikingas y, para ello, voy a utilizar de ejemplo una de las más grandes y mejor conocidas, la de Birka que, además, pude visitar hace unos meses. ¡Y es IMPRESIONANTE!

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Ilustración de FRAN PÉREZ realizada para Historia 2.0 © FRAN PÉREZ. Todos los derechos reservados /All rights reserved. PROHIBIDA su utilización.

Las ciudades vikingas

Y aquí es donde nos puede asaltar la primera pregunta. ¿Tuvieron ciudades los vikingos? La respuesta es ambigua: sí y no. Si entendemos ciudades como grandes núcleos habitados, la respuesta es sí. Si entendemos ciudades como las contemporáneas habidas en Europa Occidental en la misma época, la respuesta es no… del todo.

La unidad más habitual de hábitat durante la Era Vikinga (y durante mucho tiempo antes) en Escandinavia fue la granja; un edificio principal generalmente de uso comunitario rodeado de otras edificaciones auxiliares. Ahí vivían varias familias. Sin embargo, también existieron grandes núcleos que podríamos llamar ciudades que, en realidad, fueron más bien grandes centros de mercado.

Allí llegaban comerciantes de dentro y fuera de Escandinavia para intercambiar sus productos. Los vikingos aprovechaban para terminar de redondear su economía –mayormente de subsistencia y autárquica– importando principalmente productos manufacturados. Paño frisón, seda china, armas francas u orientales, productos de lujo como el vino, la sal, las especias, joyas y monedas de oro y plata. A su vez, exportaban productos típicos que tenían en excedente como el marfil de morsa, el pescado seco, la brea, pieles, esclavos o cualquier botín de un saqueo. Hasta el siglo X los vikingos no tuvieron moneda, de modo que intercambiaban productos utilizando el trueque o un sistema característico de ellos que consistía en plata picada pesada en balanzas.

Estos enclaves comerciales posibilitaban el comercio entre gentes venidas de distintos lugares y para ello se desarrollaron otra serie de características, infraestructuras y servicios. Puertos o embarcaderos, astilleros para reparar barcos, establos, casas para alojar los comerciantes, mercaderes y viajeros, así como tabernas en las que abastecerse. Estos núcleos solían tener algún tipo de empalizada o muralla rudimentaria defensiva que los protegiese, una plaza o zona de mercado, un tejido urbanístico a base parcelas alineadas separadas por zanjas o calles con casas de uno o dos pisos que incluían los talleres de artesanos y vendedores que, probablemente, se irían especializando con el tiempo en gremios e irían ocupando zonas concretas.

Las principales ciudades o núcleos comerciales de los vikingos fueron, dentro y fuera de sus fronteras; Ribe y Hedeby en Dinamarca, Kaupang en Noruega, Birka y Helgö en Suecia, York en Inglaterra, Dublín en Irlanda, Novgorod en Rusia y Kiev en Ucrania.

La ciudad de Birka

Localización privilegiada

La isla de Björkö está a 35 kilómetros al oeste de Estocolmo, entre los fiordos del lago Mälaren. En la orilla occidental de esta isla, once siglos atrás, estuvo la ciudad vikinga de Birka, un gran pueblo y mercado comercial. Una de las ciudades más importantes habidas durante la Era Vikinga fue la de Birka.

Su localización es ideal tanto por lo estratégico de la misma como por la protección que le proporciona la orografía. Un enclave único en la península escandinava que, como veremos, atrajo gentes de cerca y de lejos para comerciar y prestar sus servicios.

Desde 1993 Birka forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

¿Fue Birka su nombre vikingo?

Las únicas fuentes históricas que disponemos sobre Birka son o bien la arqueología, que no nos indica nada sobre el nombre, o bien los escasos textos medievales que se conservan a día de hoy. El nombre actual de Birka es una forma sueca contemporánea, no histórica, que deriva de la latinizada forma Birca, que es la que aparecía en esos textos en latín.

Desconocemos cómo se llamó el pueblo de forma original en nórdico antiguo, aunque hay teorías. La forma latina podría derivar a su vez de la palabra nórdica «birk», que podría significar «mercado». También podría derivar de la «ley Bjärköa» (bjärköarätt) una ley que regulaba la vida en los mercados de Dinamarca, Noruega y Suecia. Sea como fuere, actualmente todo son suposiciones.

Historia

Antes de que Birka apareciese en escena, el comercio de la zona se centraba, desde el año 200 d. C. aproximadamente, en Helgö. Este gran asentamiento arqueológico sueco anterior lo conocemos por las excavaciones que se llevaron a cabo en el año 1954 y de las que se extrajeron objetos que ya muestran indicios de producción y comercio a gran escala[1]. Para saber más sobre esto podéis leer el artículo del blog: Cuando el este conoció al oeste… o viceversa: los contactos de Escandinavia con el mundo oriental.

Hacia el año 750 apareció Birka, un poco antes del inicio de la Era Vikinga, y prosperó durante más de 200 años. A finales del siglo VIII d. C. ya era el principal centro de actividades comerciales de la época y la zona. Los motivos y orígenes de su aparición son algo inciertos. Y es que no se sabe si la fundó algún rey con ánimo de controlar y expandir el comercio de la zona o si surgió de algún lugar de comercio estacional que se convirtió en fijo con el tiempo.

Lo que sí sabemos, gracias a la arqueología, es que Birka fue abandonada entre los años 960 y 970 d. C. de forma más o menos drástica y que el abandono se produjo en favor de la también ciudad sueca de Sigtuna, a tan solo unos pocos kilómetros.

La importancia de Birka radica en ser uno de los primeros asentamientos urbanos en Escandinavia. Fue el enlace báltico hacía las rutas que iban desde Ladoga y Novgorod en el este de Europa hacia el Imperio bizantino y el Califato Abasí ya en Asia.

En muy poco tiempo Birka se convirtió en un importantísimo asentamiento manufacturero y comercial de carácter prácticamente internacional para la época. Un centro para para artesanos y comerciantes que atrajo a gentes de lugares de lo más variados y lejanos. Sin embargo, doscientos años después, se abandonó. Las razones del declive también son inciertas. Hay hipótesis climáticas (un rebote posgalciar que habría reducido el nivel del agua de Mälaren transformándolo de un brazo del mar en un lago que cerró a Birka el acceso más cercano, en el sur, al Mar Báltico); hipótesis estratégicas (la isla báltica de Gotland estaba en una mejor posición estratégica para el comercio ruso-bizantino y fue ganando adeptos y puntos comerciales) o hipótesis violentas (hay historiadores que especulan con algún tipo de asalto enemigo). De nuevo, a día de hoy, todo hipótesis.

Paganos y cristianos en la misma ciudad

En el año 829 un monje benedictino llamado Anskar llegó a Birka enviado por Luis el Piadoso en lo que se considera la primera misión cristiana en Suecia. De la vida y obra de Anskar y su paso por la ciudad vikinga sabemos gracias a Rimbert, su biógrafo, en su obra Vita Ansgari, escrita alrededor del año 865. Posteriormente, en el siglo XI, escribiría sobre Birka brevemente otro gran cronista, Adam de Bremen, en su Gesta Hammaburgensis Ecclesiae Pontificum.

Dicen las crónicas de la época que fue recibido por un rey llamado Björn, que era el monarca de los «svear[2]» y que se cree que en aquel momento ya había cristianos residiendo en Birka, por lo que es de suponer que tendrían, por lo menos, una pequeña iglesia. En aquel momento Birka pertenecía a una red de territorios bajo el dominio de la corona sueca en la Edad Media que apoyaban y financiaban al rey de Uppsala. Sin embargo, no sabemos dónde residía el rey ya que no hay escritos que nos lo indiquen.

Pero la cosa no fue bien. Pese a que ya debían existir comunidades de cristianos, la misión evangelizadora de San Ansgar fue todo un fracaso.

En el año 1835 se erigió una cruz de piedra en el punto más alto de la isla para conmemorar la visita a Birka de Anskar. El lugar cuenta con una impresionante vista panorámica de la zona que ocupó la Birka vikinga y el paisaje actual, prácticamente no alterado.

El comercio en Birka

Gracias a la arqueología sabemos que Birka fue un lugar de contacto entre gentes de todos los lugares de Europa y parte de Asia para comprar, vender e intercambiar todo tipo de productos. Funcionales y de lujo.

Hasta el año 850 los contactos de Birka con el exterior eran con Europa Occidental. A partir de la segunda mitad del siglo IX se ampliaron por el Báltico hacia Rusia, Bizancio y aún más al Este. Algunos hallazgos que lo corroboran son un pequeño Buda, un anillo de plata con la inscripción de Allah en árabe, cerámica del reino jenízaro o monedas de plata de diversas procedencias, especialmente árabes.

¿Qué se producía y exportada en Birka? Los vikingos exportaban pieles que obtenían de los animales de la zona o de los samis. De osos, zorros, martas, nutrias, castores… También herramientas de metal de todo tipo, ámbar que previamente importaban, dientes de morsa y objetos realizados con cornamentas de distintos animales, como peines.

Los vikingos importaban a su vez fíbulas ovaladas y otros productos de refinada joyería, plata y crisoles para fundir, vidrio y piedras semipreciosas, tejidos bizantinos y sedas chinas, cerámica… Principalmente objetos de cierto lujo. También monedas de plata de otros lugares como dihrams de plata del Califato.

Lo que nos cuenta la arqueología

A simple vista hoy en día Birka es un enorme campo verde sin apenas restos visibles. Sin embargo, una vez pisamos su suelo las sensaciones empiezan a aflorar. Bajo nuestros pies se esconden siglos de historia. Bajo nuestros pies está la magia.

En un inicio Birka se extendía radialmente en torno al borde de una pequeña ensenada. A lo largo de los siglos se crearon nuevas parcelas de tierra, tanto colina arriba como abajo y hasta el borde de la orilla del mar.

Ocupó unas 7 hectáreas y se le conocía como «la tierra negra». Este vasto territorio albergó una población fija de entre 500 y 1000 personas, aunque algunas fuentes estiman hasta 1500. Sin embargo, por la extensión de terreno es posible que en épocas de gran afluencia mercantil pudiese llegar a acoger hasta 8000.

Birka disponía de una muralla y empalizada alrededor de todo el núcleo bastante tardía y algo rústica según los análisis arqueológicos. Hoy en día aún es parcialmente visible en el relieve de la zona. También había un fortín elevado contiguo de la misma época que el asentamiento urbano, aunque su función a día de hoy la desconocemos.

Tal vez una de las cosas más impresionantes de Birka sea la enorme cantidad de tumbas que se han encontrado. De la época del abandono son varios miles los enterramientos descubiertos hasta la fecha; la mayoría de ellos señalados por túmulos funerarios. A finales del siglo XIX se habían excavado más de 1100 tumbas. Más o menos la mitad habían sido cremaciones y la otra mitad tumbas de cámara o ataúdes rudimentarios. A día de hoy se conocen más de 1600 túmulos. Solo en la colina donde está situada la cruz, llamada Borg, hay más 3000 tumbas.

Los restos de su ocupación son abrumadores y es un lugar tremendamente especial, ya que una vez abandonado no hubo nada más. No hay construcciones posteriores sobre las vikingas. Se abandonó y la tierra, con el tiempo, cubrió y conservó hasta el día de hoy.

Aunque no hay evidencias que se hayan encontrado, aún, según los escritos de Rimbert Birka acogía el thing regional. Esto es, la asamblea de gobierno vikinga en la que se tomaban las decisiones. Según Adam de Bremen Birka contaba con un importante puerto. No es difícil de imaginar y corroborar si tenemos en cuenta la ubicación del enclave.

Excavaciones e investigación

Las excavacionesen Birka comenzaron en el año 1870 a cargo del geólogo, arqueólogo y etnógrafo Hjalmar Stolpe. La segunda etapa de investigación, ya con técnicas modernas y rigurosas, se realizó entre los años 1990 y 1995. Dirigió el proyecto Björn Ambrosiani. Durante estas excavaciones se han descubierto miles de tumbas y objetos que hoy en día se reparten entre el museo de Birka y Historiska Museet de Estocolmo.

Desde 1996 en Birka hay un centro de información en el que pueden ver tanto las piezas arqueológicas mencionadas como información sobre la historia de esta ciudad y de la Era Vikinga en general. También hay toda un área de arqueología y reconstrucción experimental que desde 2006-2009 cuenta con una serie de casas vikingas construidas con distintas técnicas de construcción identificadas en las excavaciones de 1990 y 1995. Así como con un pequeño embarcadero y pequeños barcos vikingos para imaginarnos cómo habría sido el puerto en la época.

Se calcula que tan solo el 6% aproximadamente de la superficie de lo que en su día fue Birka ha sido excavada y documentada a día de hoy. ¡La de historia que queda aún por descubrir!


[1] Como un pequeño Buda del norte de la India, un cucharón para la comunión o bautizo de origen copto en Egipto (ambos del siglo VI d. C.) y un báculo irlandés. Los tres visitables en el Historiska Museet de Estocolmo.

[2] Una tribu o pueblo sueco.


Bibliografía

  • BOYER, Régis. La vida cotidiana de los vikingos (800-1050). José J. de Olañeta, ed, Palma de Mallorca, 2005.
  • COHAT, Yves. Los vikingos, reyes de los mares. Ed. Aguilar Universal, Madrid, 1989.
  • HALL, Richard. El mundo de los vikingos. Ed. Akal Grandes Temas, Madrid, 2008.
  • SAWYER, Peter. Kings and Vikings: Scandinavia and Europe, A.D. 700-1100. Routledge, Estocolmo, 1985.
  • SAWYER, Peter. The Oxford Ilustrated Histiory of the Vikings. Oxford University Press, Oxford, 1997.
  • Swedish National Heritage Board. Birka and Hovgården. Ed. Votum, Suecia, 2012.

 

 

Arquitectura: La capilla de Holmenkollen, Oslo

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Capilla de Holmenkollen
Foto de la capilla de Holmenkollen (la zona de los saltos de esquí en Oslo), que hice en septiembre de 2017.

La original se construyó en el año 1903 bajo las órdenes y diseño del arquitecto Holger Sinding-Larsen y emulaba, como habréis deducido, las iglesias medievales o stavkirke (stave church) noruegas. Esas impresionantes iglesias cristianas del siglo XII-XIII cargaditas de arte escandinavo.

Los promotores de esta obra fueron los miembros del Fortidsminneforeningen, una especie de círculo noruego de eruditos creado en 1844 y compuesto por historiadores, arquitectos, arqueólogos y pintores y artistas, como Johan Christian Dahl. De hecho fue Dahl el que introdujo la idea de la reproducción de una stavkirke. El cometido de esta organización era conservar, preservar y ensalzar el patrimonio histórico noruego, y estas iglesias con uno de los elementos principales que se conservan de la Edad de Oro noruega, en la Edad Media.

Se inauguró en 1903 como capilla, aunque a partir de 1913 comenzó a albergar servicios religiosos: desde bautizos, comuniones, matrimonios y funerales hasta el típico servicio dominical para los excursionistas que habían subido a la zona a hacer algo de deporte.

La noche del 22 al 23 de agosto de 1992 la capilla ardió hasta los cimientos en un incendio que más tarde se supo había sido intencionado. Los miembros de bandas de black metal varg Vikernes y Bård “Faust” Eithun fueron hallados culpables y condenados. También se supo que había participado Øystein “Euronymous” Aarseth, pero Vikernes lo había asesinado antes del juicio. No solo destruyeron esta, sino otras originales del siglo XII-XIII, causando un gran daño al patrimonio histórico, pues estas iglesias son de los pocos lugares donde se conservan maravillosamente muchos elementos del arte escandinavo medieval. Ese que, con alguna diferencia y ya cristiano, habrían utilizado también los vikingos.

El arquitecto Arne Sødal diseñó y construyó una nueva capilla en 1996 inspirándose en las stavkirke de Rauland y Heidal.


 

Fotografía:

 

Arqueología: La proa del barco de Oseberg

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Barco vikingo de Oseberg
Barco vikingo de Oseberg https://www.instagram.com/thevalkyriesvigil/

 

Esta foto la hice en el Museo de los Barcos Vikingos de Oslo y lo que podéis ver en ella es el barco vikingo de Oseberg. El detalle de su impresionante proa decorada en estilo Oseberg. De ahí, precisamente, de los detalles de este barco, recibe su nombre este estilo de arte escandinavo.

Se descubrió en un gran montículo funerario cerca de la granja Oseberg, en la región de de Tønsberg (Vestfold, Noruega). Lo desenterraron el arqueólogo sueco Gabriel Gustafson y el arqueólogo noruego Haakon Shetelig entre 1904 y 1905.

Es un barco imponente, de roble y mide unos 22 metros de eslora por 5 de manga. El mástel son unos 9/10 metros y la vela habría sido de unos 90 metros cuadrados, así que podía navegar a unos 10 nudos de velocidad, que son unos 18 kilómetros y pico por hora si el conversor no me ha engañado. Cuenta también con un amplio timón y un ancla de hierro. Se construyó hacia el año 820 (datos que nos ofrecen los análisis dendrocronológicos de la madera) y, después de servir en vida para la navegación (aunque habría sido un barco bastante frágil así que debió utilizarse solo para trayectos cortos por la costa) sirvió en muerte como sepultura de dos misteriosas mujeres, una joven y una anciana, a las que enterraron con todo tipo de lujos en el ajuar. Todos visitables en el museo y que ya os enseñaré en detalle porque hice muchísimas fotos y me llevé un par de libritos editados por el museo que cuentan cantidad de cosas interesantísimas.


Fotografía:

 

Cabezas de animal talladas en Oseberg

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Foto de Laia San José Beltrán: https://www.instagram.com/ele_de_lis/

En la cámara funeraria del barco de Oseberg, que os enseñé hace un par de días, se hallaron cuatro cabezas de animales talladas (otra más en la cubierta), de una calidad única. Cuatro pueden contemplarse en el Museo de los Barcos Vikingos de Oslo (que es donde hice esta foto que hoy os enseño) y una de ellas, debido a su estado de conservación, permanece guardada en el almacén del museo.

Son de una calidad excepcional y de gran dificultad incluso para un tallador experimentado. Quienquiera que las hiciese ya escogió un trozo de madera curvado de forma natural para que fuese más sencillo y no está claro que las tallase la misma persona ya que son bastante distintas entre sí. Dos de ellas, además, están adornadas con remaches de plata.

¿Para qué se usaban?

No se sabe con certeza qué adornaron o para qué se utilizaron estas cabezas de animales. En la base del cuello tienen una manija de unos 50cm de largo, que podría haber servido para fijarlos en alguna pared, un trono o algún tipo de superficie que desconocemos.


Fotografía:

Fuente:

Solvognen, el Carro Solar de Trundholm

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Hacia el año 1500 a. C., es decir, hace unos 3500 años, llegaron a la península escandinava grupos de personas de habla indoeuropea. Llevaron consigo no solo su lengua, sino sus creencias. Su religión. Escandinavia entraba entonces en la Edad del Bronce y su religión, parece ser, estaba basada en el culto solar. Así nos lo demuestran objetos fabricados en el norte y grabados rupestres, como los del sur de Suecia y Noruega. Uno de estos objetos es el impresionante  Carro Solar de Trundholm, en danés llamado Solvognen.

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El hallazgo fortuito lo realizó  un campesino llamado Frederil Willumsen el 7 de septiembre del año 1902, mientras araba la marisma de la localidad que le da nombre, Trundholm, en la región de Sjælland, en Dinamarca.  Sin saber muy bien qué era se lo llevó a casa, y dicen que dejó que su hijo jugase con el caballo. Tal vez creyó que era algún tipo de juguete antiguo. Los daños que presenta el objeto, sin embargo, son anteriores. Probablemente del momento en el que lo depositaron como una especie de ofrenda, algo habitual en la Edad del Bronce.

Pero estaba incompleto. En 1998, con un detector de metales, se encontraron en el mismo lugar fragmentos de las seis ruedas. Hoy en día se puede visitar en el Museo Nacional de Dinamarca en Copenhague, de donde son estas foto.

¿Qué y cómo es este objeto?

Es una escultura de bronce fundido formada por dos placas que conforman un disco y por un caballo.  El disco mide 25 cm de diámetro y la escultura tiene una altura de 59 cm. Ambas partes están montadas en un carro que consta de seis ruedas con 4 radios cada una, cuatro bajo el caballo y otras dos bajo el disco. Dos ojetes, uno en el borde del disco y el otro debajo del cuello del caballo, muestran que en algún momento ambas piezas estuvieron unidas por algún tipo de cuerda o tela.

De las dos caras del círculo una es dorada; está cubierta con papel de oro. Es brillante. La otra, en cambio, no está recubierta de oro y es oscura. El disco solar está decorado en ambos lados con bandas circulares rellenas con espirales y círculos.

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Está fechado alrededor del año 1350 a. C.[1] y es una de las representaciones equinas más antiguas halladas hasta la fecha en Dinamarca. Es asombrosamente temprana. El término Carro Solar es, aunque popular, bastante engañoso, siendo más adecuado llamarlo «La imagen del sol de Trundholm» según recogen algunos estudiosos.

¿Qué representaba?

El lado dorado y brillante y el lado oscuro representan, respectivamente, el día y la noche; indicando que el sol viaja por el mundo, como sabemos que se explica en mitos posteriores, ya del siglo XIII, cuando se ponen por escrito (Snorri, Eddas…). Para saber más sobre el mito del día y la noche podéis pinchar aquí, que os lo explico. El Carro Solar se ha interpretado como la creencia de que el sol se desplaza por los cielos de este a oeste durante el día, presentando su lado brillante a la Tierra, y regresando de oeste a este durante la noche, mostrando el lado oscuro. Se cree que el carro se arrastraba durante los rituales religiosos para demostrar este movimiento del sol en el cielo. Los ojetes y la cuerda de la que acabamos de hablar unas líneas arriba nos indican que podría haber sido transportado y movido durante la ceremonia. Es decir, habría tenido, casi con total seguridad, un carácter mágico o función sagrada.

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Los caballos son importantes en este periodo; de estas fechas son hallazgos de cabezas de caballos como mangos o tiradores de algunas herramientas. Todos estos artefactos nos indican el carácter sagrado de los caballos en el ideario escandinavo de esta época.

Pero los caballos también de forma mucho más funcional, como animales de tiro o enganchados a carros, como se puede apreciar en algunos grabados rupestres. Estos carros se dibujan con ruedas de cuatro radios, exactamente igual que las del Carro Solar.

El «caballo solar» podemos encontrarlo también en objetos como cuchillas o grabados rupestres. Además, el carro no era el único artilugio que transportaba al sol, hay numerosas descripciones de escenas similares pero con barcos.

Caballo solar en una cuchilla. Hallado en Neder Hvolris, cerca de Viborg.
Caballo solar en una cuchilla. Hallado en Neder Hvolris, cerca de Viborg.
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Caballo solar en una cuchilla. Hallado en Neder Hvolris, cerca de Viborg.

 

Bohuslän
Caballo solar en una roca en Bohuslän.

[1] Es la fecha más aproximada que se puede dar, ya que se descubrió antes de que se desarrollara la datación del polen, lo que habría permitido una datación más segura.


 

Bibliografía:

  • BERNÁRDEZ, Enrique. Mitología nórdica. Alianza, Barcelona, 2017.
  • THE NATIONAL MUSEUM. Danish Prehistory. National Museum of Denmark, Copenhaguen, 2016.
  • https://en.natmus.dk/

The Valkyrie’s Vigil en Esto me suena, RNE

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Hoy os traigo una entrada muy especial y es que… ¡vuelvo a la radio! Y nada más y nada menos que a Radio Nacional de España. Durante estas semanas de verano tendré una breve sección hablando de vikingos (¡cómo no!) en Esto me suena, con David Sierra.

Comenzamos el pasado lunes  23 de julio y durará seis semanas. Cada lunes entre las 15 y alas 18h un ratito para hablar de cosas interesantes sobre los hombres y las mujeres del norte.

Os voy a ir dejando los podcast para que podáis escucharlos y así me decís que os parece.

Programa 1 – Introduciendo a los vikingos y las vikingas (23/7/2018). A partir del minuto 33.

Programa 2 – Organización social (30/7/2018). A partir del minuto 35.

Programa 3 – Mitología nórdica (06/8/2018). A partir del minuto 30.

 

Aprovecho para darle las gracias al equipo de Esto me suena, especialmente a David, por haber pensado en mí para esta sección. Es todo un placer y un honor. ¡Espero que os guste!


La gente de la ciénaga. Personas de la Edad del Hierro conservadas durante 2000 años

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Estaba yo leyendo otras cosas, cuando vi este libro citado en una nota a pie de página. Me llamó la atención e inmediatamente me puse a buscar dónde podía conseguirlo. Lamentablemente es un libro que, pese a no ser antiguo (2012), a día de hoy está descatalogado y es complicadillo de encontrar. Yo di con él en una página de libros de segunda mano, os dejo el dato por si os ayuda a encontrarlo si os queréis hacer con él.

Antes de comprarlo indagué un poco por internet y las críticas que vi sobre el libro eran todas excelentes, así que… al carrito de la compra. Como de algo hay que morir, pues que sea rodeado de libros.

La gente de la ciénaga
Instagram: @thevalkyriesvigil / @ele_de_lis

El caso es que el libro llegó la semana pasada –y estas semanas tengo muchísimo trabajo y poquísimo tiempo libre–, y al echarle un ojo me sedujo tanto que me quedé con las ganas de sentarme y empezarlo ese mismo día. Pero el deber manda y hay que procastinar lo menos posible.

Pero llegó el viernes y nos íbamos de viaje, así que lo metí en el bolso y lo comencé en el viaje de ida. Solo os diré –por si os preguntáis si me ha gustado (aunque ahora os lo voy a contar, pero así os voy creando ambiente)– que me ha durado el viaje de ida, un par de ratos en la piscina y el viaje de vuelta de este fin de semana.

Vamos, que empiezas y no paras. Cualquiera diría que un tema tan raro, tan poco habitual y hasta tal vez poco macabro pueda resultar tan interesante. Cualquiera diría que un montón de cuerpos masculinos y femeninos de hace dos mil años pudiesen despertar tanto interés.

Pero es que el autor del libro, el ya fallecido Peter Vilhelm Glob, lo narra de una forma que parece más un capítulo de alguna de esas famosas series policíacas como Mentes Criminales o Bones, que un ensayo histórico y científico. Nos introduce a los hallazgos de los cuerpos y sus pormenores (algunos realizados en el siglo XVII, XVIII o XIX y de los que apenas quedan más que cuatro notas en los periódicos del momento o en los cuadernos de aquellos que examinaron las momias), a las particularidades de sus traslados y sus exámenes forenses en los distintos museos y a los problemas que surgieron para ver cómo se podían conservar aquellos tesoros humanos. Además se acompañan las explicaciones, siempre que se puede, de imágenes. Pero no olvidemos lo que acabo de comentar, algunos de los hallazgos se realizaron hace tanto tiempo, cuando no había ni métodos, ni conocimiento, ni técnicas, que no solo es que no haya fotografías, sino que ni siquiera se han conservado los restos en buenas condiciones. Algunos hallazgos, de hecho y como se nos cuenta en el libro, directamente se desenterraron de las turberas y los párrocos del pueblo dieron orden de enterrarlos de nuevo en algún cementerio local, haciendo que las nuevas condiciones atmosféricas deteriorasen los cuerpos. O que no sepamos dónde están, y se hayan perdido para siempre.

El libro, a grandes rasgos, se divide en tres partes. La primera nos habla de los hallazgos producidos en Dinamarca, haciendo especial hincapié en el hombre de Tollund y en el de Grauballe; la segunda parte nos habla de otros hallazgos efectuados en el Norte de Europa y la tercera y última nos cuenta cómo vivieron y cómo murieron esas gentes de la ciénaga, en qué creían para acabar allí  y cómo acabaron allí.

La gente de la ciénaga
Instagram: @thevalkyriesvigil / @ele_de_lis

Se trata de un libro antiguo, editado por primera vez en 1965, por lo que se agradece enormemente que esta edición de Mabot venga con anotaciones, con actualizaciones y correcciones, ya que con el tiempo se han descubierto nuevas informaciones gracias a los avances científicos, arqueológicos e históricos. La traducción directamente del danés y estas correcciones las ha llevado a cabo Enrique Bernárdez, catedrático de lingüística general en la UCM y autor de obras que seguro conoceréis como Mitología nórdica (Alianza Editoria, 2017) o Los mitos germánicos (Alianza Editoria, 2014).

Como nota aclaratoria os diré que estas gentes de la ciénaga no eran vikingos y vikingas, eran sus antepasados. La mayoría de los cuerpos hallados pertenecen a la Edad del Bronce y, especialmente, a la primera Edad del Hierro escandinava (entre el 400 a. C. y el 400 d. C. la mayoría de ellos). Pero, en el fondo, estas gentes creían más o menos en lo mismo que en lo que creyeron los vikingos unos siglos después, como os podréis imaginar, así que no dejan de ser aspectos realmente interesantes. ¿Eran sacrificios a los dioses? ¿A qué dioses? ¿Por qué o para qué? Me ha parecido tan interesante que estoy incluso pensando en escribir una entrada para el blog, ¿qué os parece?

Ficha técnica

Título: La gente de la ciénaga. Personas de la Edad del Hierro conservadas durante 2000 años.
Título original: Mosefolket: Jernalderens Mennesker bevaret i 2000 År
Autor: P.V. Glob
ISBN 13: 978-8492728350
Editorial: Marbot Ediciones Scp (1 de octubre de 2012)
Colección: Tierra De Nadie
Precio: 21,00 €
Características: 14,5 x 21 cm. Rústica con solapas.
Páginas: 230 páginas + 77 fotografías en b/n

Sinopsis

Calificado habitualmente de «novela de detectives científica», este clásico del ensayo arqueológico fue un bestseller internacional en el momento de su primera publicación Inédito hasta la fecha en nuestra lengua, sigue ofreciendo un relato fascinante y plenamente fiable de la religión, la cultura y la vida diaria de los hombres y mujeres de la Edad del Hierro.

Solholderen, el portador del sol

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Este curioso objeto, llamado Solholderen, se halla en el Nationalmuseet, el Museo Nacional de Dinamarca (en Copenhague) y podría traducirse por «sun-holder» en inglés o algo así como porta sol en español.

Se encontró en Dinamarca (aunque no se sabe dónde ya que se ha perdido ese registro) y está fechado en la Edad del Bronce escandinava (entre el 1700 y el 500 a. C. más o menos).

Solholderen sun-holder

¿Y qué es? Pues su propio nombre nos lo indica. Se trata de un objeto de bronce con un disco de ámbar. A través de este disco, si hacemos incidir en él la luz, se puede ver una cruz solar. Representa el sol.

Cruz solar
Cruz solar

Cuando pensamos en los hombres del norte, en los habitantes de Escandinavia, generalmente los asociamos casi siempre a los vikingos porque son sus habitantes ‘más famosos’. Así, si pensamos en mitología nórdica, en mitos y leyendas, pensamos en los dioses típicos de los vikingos; sin embargo, durante la Edad del Bronce, los escandinavos tenían una mitología un tanto distinta a la de los vikingos. En esta el sol (que era femenino) era el elemento central de la cosmología. Existen numerosísimas representaciones del sol tanto en grabados rupestres como en distintos tipos de objetos del sol con dos de sus elementos asociales y, por tanto, importantes en sus creencias: el barco y el carro tirado por caballos. Ambos elementos que transportaban al sol por el cielo.

Grabados ruprestres con representaciones de barcos primitivos e imágenes del sol.

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Este objeto tiene en la parte inferior, que parece un mango, un abertura que indica que podía insertarse o acoplarse en otro objeto. Algunas hipótesis sostienen que tal vez en la proa o en algún tipo soporte de alguna maqueta de barco (como se ve en las imágenes de arriba) que se movía tirada por cuerdas en las ceremonias con alguna representación del sol. Lo que no cabe duda es que se trata de un elemento de uso ceremonial con tintes religiosos. Por ejemplo, podéis leer del Carro Solar de Trundholm.

Hablaremos del sol para los escandinavos próximamente. Y de su religión más primitiva.

Bibliografía:

  • BERNÁRDEZ, Enrique. Mitología nórdica. Alianza, Barcelona, 2017.
  • BERNÁRDEZ, Enrique. Los mitos germánicos. Alianza, Barcelona, 2014.
  • THE NATIONAL MUSEUM. Danish Prehistory. National Museum of Denmark, Copenhaguen, 2016.
  • https://en.natmus.dk/

 

Los vikingos y sus expediciones a la península ibérica

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Hace ya algún tiempo que los vikingos saltaron a la palestra histórica y ello ha traído consigo nuevos estudios. Abundante material bibliográfico que está arrojando renovada luz sobre los hombres del norte; alejándolos cada vez más de esa idea mitificada y distorsionada tan arraigada en el imaginario colectivo y acercándolos a la realidad histórica. Nos hemos despojado de los cascos con cuernos, de la idea de hombres sucios y salvajes o de bárbaros sanguinarios, pero aún hay temas que necesitan abordarse con mayor profundidad.

Por lo que a nuestro país respecta, uno de los temas a cuya aproximación era indispensable es el de los vikingos en la península ibérica. Las incursiones, los saqueos y las hazañas de los escandinavos por las costas de las actuales España y Portugal necesitaban, con cierta urgencia, una revisión. No porque no haya bibliografía o esta no sea de calidad –estudios como los de Eduardo Morales Romero siguen siendo de suma importancia–; sino porque la que se ha generado en nuestro idioma ya está ya algo obsoleta, especialmente si hablamos de autores como Dozy o Almazán.

vikingos península ibérica
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En este sentido, el libro de Iván Curto Adrados viene a llenar ese hueco y supone un estupendo primer acercamiento para aquellas personas que desean conocer cómo, cuándo y qué trajo a los vikingos a nuestras tierras. Dividido en dos partes, en la primera nos acercaremos a los hombres del norte de forma general y abordaremos temas como las fuentes y la bibliografía para el estudio de la Era vikinga, su sistema económico o aspectos tan interesantes como sus creencias, la guerra y el heroísmo nórdico.

Tras esta primera aproximación a la imagen real de los vikingos, pasamos a una segunda en la que, ahora sí, podemos leer e imaginarnos a los hombres del norte desembarcando en nuestras playas y dejando atónitos tanto a cristianos como a árabes. A través de las páginas del libro nos sumergiremos, a partir del año 844, en las distintas oleadas de saqueos que se produjeron en la península ibérica, descubriremos a sus protagonistas; a veces cristianos –como ese rey de Pamplona al que secuestraron no una, sino dos veces– y a veces islámicos –cuya flota impulsaron, en parte,  los hombres del norte–. Para finalizar, nos quedaremos con una breve idea de los vestigios arqueológicos de estos hechos que los siglos han decidido conservar hasta nuestros días. Son pocos y todavía muy desconocidos, pero aún podemos rastrear el paso de los hombres del norte por nuestras tierras.

Ficha técnica

Título: Los vikingos y sus expediciones a la península ibérica
Autor: Iván Curto Adrados
Colección: Sine qva non, 2
ISBN 13: 97-88416242351
Editorial: La Ergástula
Precio: 21,00 €
Características: 21×14 cm. Rústica con solapas.
Páginas: 194 páginas

122-239-Los-vikingos-y-sus-expediciones-a-la-Peninsula-IbericaSinopsis

«Intrépidos navegantes y feroces combatientes, los vikingos hicieron acto de presencia en más de una ocasión en las costas de la Península Ibérica durante la Edad Media. Los cronistas cristianos y musulmanes los presentaron en sus historias como crueles piratas y paganos pero, en realidad, los escandinavos altomedievales no sólo fueron saqueadores, sino también gentes dinámicas y sofisticadas, revitalizadoras del comercio y pioneras en la exploración. Las últimas investigaciones y la revisión crítica de las fuentes han permitido en este libro reunir, identificar y clarificar todos los episodios conocidos de presencia vikinga en suelo Peninsular, proporcionando, a su vez, una muy necesaria visión integral de aquellos guerreros, colonos y mercaderes que zarparon de su Escandinavia natal en busca de fortuna entre los siglos IX y XI d. C.».

XIV Congreso Asociación de Historia Contemporánea (Universidad de Alicante)

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La Asociación de Historia Contemporánea celebra la XIV edición de su Congreso bienal en Alicante organizado por el Departamento de Humanidades Contemporáneas (Área de Historia Contemporánea) de la Universidad de Alicante los días 20, 21 y 22 de septiembre de 2018.

Las interpretaciones del pasado están marcadas por las miradas desde el presente y las expectativas de futuro. En la Historia Contemporánea, además, algunas épocas relativamente recientes alcanzan un peso específico en los análisis de pasados más alejados, al tiempo que conceptos y procesos del siglo XIX vuelven a aflorar en el XX y el XXI. Este XIV Congreso de la AHC propone desarrollar estas cuestiones y abordar aspectos novedosos en la historiografía actual por medio de conferencias, mesas redondas y 24 talleres de debate.

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Y tendré el placer de estar en una de las mesas redondad del Congreso junto a otros grandes profesionales:

9:30-11:00 Mesa redonda: “¿Hacemos Historia para todos los públicos?”, con Anaclet Pons (Universitat de València), Javier Olivares (guionista), Juan Francisco Jiménez Alcázar (Universidad de Murcia) y Laia San José Beltrán (Historia 2.0 / The Valkyrie’s Vigil). Coordina: Esther Collado (Universidad de Alicante) – (Sala Rafael Altamira)

Si queréis consultar el programa completo del Congreso podéis hacerlo pinchando aquí.

¿Nos vemos por allí?

Mitos nórdicos, de Neil Gaiman

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¿Confirmamos que Neil Gaiman es, posiblemente, el mejor escritor de fantasía a día de hoy? Confirmamos.

Coger la mitología nórdica directamente de fuentes primarias como son las Eddas o las Sagas y convertirlo en una novela de lo más amena no es sencillo. Y precisamente este es el punto fuerte de este libro. Si, además, lo hace Neil Gaiman, que el resultado va a ser bueno está asegurado, y es que amén de ser un narrador fantástico, su labor de documentación es muy buena, por lo que el mito y el mensaje original no se distorsionan. Aquí Gaiman no hace su habitual magia inventiva (como por ejemplo con los personajes de la mitología nórdica –y otras– que aparecen en American Gods). No. Aquí el autor coge las historias, los personajes, tal cual son, pero nos los presenta como una novela. Es cierto que profundiza en la personalidad de los dioses, cómo si no iba a hacerlo, pero el rigor y el respeto a las fuentes originales es máximo.

Personalmente creo que es un libro muy recomendable para aquellas personas que quieren conocer de cerca los mitos nórdicos y sus protagonistas pero a lo mejor no desean enfrentarse de buenas a primeras a la lectura de las Eddas o las Sagas islandesas, por la complejidad que estas entrañan. Es cierto que son un tipo de literatura muy distinta a la que estamos acostumbrados a leer habitualmente y que a veces pueden costar un poco. También para aquellas personas que quieren leer los mitos de forma novelada pero quieren alejarse del formato infantil tipo cuento. Si sois de los que ya os habíais leído las Eddas y algunas Sagas, en este libro os sonará todo, pero lo leeréis de una forma muy distinta.

Creo que Gaiman, además, ha captado muy bien la esencia de los personales principales de la mitología nórdica, o al menos yo me los había imaginado siempre muy similares a cómo los presenta él: ese Thor honrado y leal, algo bonachón y tontorrón; ese Odín majestuoso y regio; esa Freya altiva e independiente y ese Loki que no sabes muy bien si te cae bien o no.

¿Os lo recomiendo? Mucho.

Mitos nórdicos Neil Gaiman
Instagram @ele_de_lis / @thevalkyriesvigil

Ficha técnica

  • Título: Mitos nórdicos
  • Autor: Neil Gaiman
  • ISBN 13: 978-8423352838
  • Editorial: Ediciones Destino (10 de octubre de 2017)
  • Colección: Áncora & Delfín
  • Precio: 21,00 €
  • Características: Tapa dura
  • Páginas: 272 páginas

 

Sinopsis

Violencia, traiciones, poder… Con una prosa hábil e ingeniosa, Gaiman analiza la naturaleza imperfecta y competitiva de los dioses, sus susceptibilidades, su habilidad para embaucar y dejarse embaucar por los demás y su tendencia a dejar que la pasión dirija sus acciones, las guerras por el sexo o el poder… y, en general, todo lo que los acerca claramente a los humanos mortales.

Gaiman, al igual que otros maestros contemporáneos contadores de historias como J. R. R. Tolkien y George R. R. Martin, ha crecido inspirándose en la fantasía nórdica y ahora decide poner sus ojos directamente en la fuente de estas historias para presentar un homenaje a los grandes relatos nórdicos.

 

Autor

Neil Gaiman ha alcanzado la fama como autor de libros, novelas gráficas, relatos cortos y películas para públicos de todas las edades.  Entre sus títulos más notables se hallan The Sandman, el innovador cómic que alcanzó el primer puesto en la lista de los libros más vendidos de The New York Times, y que fue merecedor de nueve Premios Eisner y del World Fantasy Award en la categoría de Mejor historia corta; El libro del cementerio, primera obra en ganar a un tiempo la medalla Newberry y la medalla Carnegie; American Gods, que en breve será adaptada a la pequeña pantalla en Estados Unidos; y El océano al final del camino, que en 2013 ganó el National Book Award al Libro del Año en Gran Bretaña.  La adaptación cinematográfica de Cómo hablar con chicas en fiestas, dirigida por John Cameron Mitchell, llegará a los cines en 2017.  Nacido en Gran Bretaña, Neil reside actualmente en EE. UU. con su esposa, la escritora y vocalista Amanda Palmer, y junto al hijo que tienen en común, Anthony.

 

Saxo Gramático y la Gesta Danorum: fuentes indispensables de la historia nórdica

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Cuando hablamos hace tiempo, mucho tiempo, en el blog sobre las fuentes que los historiadores utilizamos para el estudio de la Era o Edad Vikinga pusimos especial énfasis en las fuentes literarias. Estas son de un valor incalculable pero tienen un pequeño problema que hay que salvar: en su mayoría son escritos posteriores a la Era Vikinga y sus autores son cristianos, por lo que es más que probable que la información que contienen esté, en parte, influenciada por las nuevas creencias que adoptó Escandinavia a partir del siglo XI/XII.

Dentro de los autores destacados de este tipo de literatura encontramos a Saxo Gramático, un historiador y teólogo danés del que sabemos que nació en Selandia, la isla más grande de Dinamarca (donde está Copenhague) hacia el año 1160 y murió en el año 1208. Procedía de una familia nobiliaria y recibió una gran educación, probablemente fuera de Dinamarca por su refinado estilo latino.

Él mismo dejó escrito que su padre y su abuelo habían sido guerreros al servicio del monarca Valdemar I de Dinamarca y que él, tiempo después, sirvió a Valdemar II. Puede que como guerrero –tal y como parece indicar un autor contemporáneo llamado Sven Aggensen en una obra sobre Dinamarca anterior a la de Saxo– y sobre todo como cronista e historiador.

Saxo (Sajón en castellano) era su nombre real, un nombre común en la época, pero Gramático (Grammaticus) no era su apellido original, sino que fue el apelativo latino que se ganó por considerarse «maestro en letras» tal y como se recogió después el Compendium Saxonis de la Chronica Jutensis.

Gesta Danorum: la historia de Dinamarca

Saxo Gramático escribió en latín su obra magna, Gesta Danorum (traducido por algo así como las hazañas de los daneses, en el siglo XII. Se trata de una Historia de Dinamarca que va desde el legendario rey Dan hasta el rey Canuto VI de Dinamarca, apodado El Grande, cuyo reinado se extendió entre 1182 y 1202, hijo de Valdemar I y Sofía de Minsk. La obra fue un encargo que efectuó el obispo Absalón desde la corte danesa y consta de dieciséis libros escritos en prosa con alguna incursión ocasional de poemas, un estilo muy similar –salvando las distancias– al de las Sagas escandinavas.

Los nueve primeros tomos están dedicados al pasado pagano del país y con abundantes alusiones a la mitología nórdica. Esta parte finaliza con el reinado de Gorm el Viejo, un caudillo vikingo que llegó a ser rey de Dinamarca entre el 936 y el 958 y que constituye el primer registro documentado de un rey danés. Los libros del diez al dieciséis narran el pasado medieval de Dinamarca hasta la fecha de la escritura, a mediados del siglo XIII. Su intención era mostrar al mundo, especialmente al Sacro Imperio Romano Germánico, que Dinamarca era una gran nación con un pasado antiquísimo e importantísimo y una gran tradición literaria.

La obra de Saxo es sumamente importante ya que, aunque sea de periodo cristiano, los libros que tocan el pasado pagano del país recogen y  se basan en última instancia en fuentes primigenias, textos, leyendas y tradiciones orales que estaban a punto de perderse en aquel momento y que gracias a Saxo han perdurado hasta hoy. De hecho, en la obra se incluyen traducciones del nórdico antiguo que hoy en día se han perdido y solo las conocemos gracias a la Gesta Danorum.

En el año 1575 el obispo Anders Sorensen Vedel publicó por primera vez la obra traducida del latín al danés.

Como curiosidad: en el tercer tomo de la Gesta Danorum figura una versión primitiva de la historia de Hamlet, cuyo protagonista es Amlodi o Amleth, que podéis leer aquí.

Hace justo un año estuve Dinamarca y visité el Frederiksborg Slot, un impresionante palacio-castillo renacentista cerca de Copenhague en el que se alberga el Museo de Historia Nacional. En él se puede hacer un recorrido por la historia del país y me encontré esto: una estatua de Saxo Gramático y una copia de la Gesta Danorum. La estatua es obra de Otto Evens y se realizó en el año 1880.

Saxo Gramatico - Gesta Danorum
Escultura de Saxo Gramático en Frederiksborg Slot.
Gesta Danorum - Saxo Gramatico
Copia de la Gesta Danorum en el Frederiksborg Slot.

Bibliografía:

GRAMATICO, Saxo. Gesta Danorum. Libros I – IX. Miraguano, Madrid, 2013.

III Congreso sobre Mundos imaginarios y espacios de narratividad

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Me asomo por aquí (sé que estoy muy desaparecida, pero es por buena causa: me han surgido varios proyectos la mar de chulos, de esos que te hacen trabajar mucho y que no se verán los resultados hasta dentro de un poquito) para invitaros al III Congreso sobre Mundos imaginarios y espacios de narratividad que organiza El Grupo de Investigación Comunicación, Poética y Retórica (UAM) y el área de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada del Departamento de Lingüística de la Universidad Autónoma de Madrid.

Se celebrará los días 9 y 10 de octubre de 2018 y el congreso reunirá a investigadores y creadores relacionados con los diferentes ámbitos de la narrativa de mundos imaginarios (literatura, cómic, cine, juegos de rol, videojuegos, etc.).

Entre esos ponentes estaré yo el martes 9 a las 16h en la sesión Mundos ludoficcionales e históricos dando una charla sobre cómo se adapta la historia a la ficción (y qué papel podemos jugar los historiadores y las historiadoras) usando como ejemplo la serie vikingos. La charla será «Vikingos: del mito a la pantalla».

La entrada es gratuita hasta completar aforo y se llevará a cabo en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid

Más info aquí.

Os dejo el programa y, si os animáis a venir, avisadme y nos conocemos.

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Saga: la niña que encontró una espada (pre)vikinga

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A principios de este verano Saga Vanecek, una niña sueco-estadounidense de 8 anitos, realizó un hallazgo sorprendente: una espada en el lago Vidöstern, en Tannö, Suecia. Saga estaba a la orilla del lago lanzando palos y piedras, el típico juego al que hemos jugado todos para ver cuántas veces rebota la piedra o cómo de lejos tiramos el palo, cuando se cogió un palo algo más «extraño». Se dio cuenta de que tenía lo que parecería un mango y una terminación y que el objeto estaba todo oxidado. Enseguida fue consciente de que había encontrado una espada y llamó a su padre.

Este tipo de hallazgos no son extraños en los países escandinavos; los lagos han «devuelto» una enorme cantidad de objetos de cientos o miles de años, del pasado pagano de estos lugares, cuando sus habitantes realizaban ofrendas a los dioses depositando objetos de gran valor en lagos y ciénagas.

Saga y la espada:  foto de Andrew Vanecek
Saga y la espada: foto de Andrew Vanecek

El causante del descubrimiento ha sido, además de Saga, la sequía que este año se ha producido en la zona y que ha hecho que el nivel del agua del lago que hay junto a la casa de esta familia sea más bajo de lo habitual. De hecho, lo que estaban haciendo en ese momento era colocar una boya cerca de la orilla para avisar a los barcos de la poca profundidad.

Igual que su hija, el padre primero pensó que esta había encontrado una rama, pero también se dio cuenta enseguida de que parecía una espada, aunque sin saber qué valor histórico podía tener. Incluso pensó que podía tratarse de un juguete oxidado. Para salir de dudas preguntaron a sus vecinos y uno de ellos, aficionado a la historia y a la arqueología, le dijo que podía tratarse de una auténtica reliquia y que, mejor, llamase a las autoridades en la materia. Bien hecho.

Jönköpings Läns Museum
Foto: Jönköpings Läns Museum

Estas, al examinar la pieza, indicaron que la espada tenía, por lo menos, 1000 años de antigüedad, esto es, ser una espada vikinga, pero tras los pertinentes exámenes preliminares la fecha aún se amplía más: podría tratarse de una espada de los siglos V o VI d. C., lo que la situaría como objeto de la Era de Vendel. Es decir, como sabéis, pre-vikinga, lo que la convierte en un hallazgo excepcional.La espada mide unos 85 centímetros y conserva restos de madera y metal, según ha explicado Mikael Nordström, del Jönköpings Läns Museum. Ahora mismo están esperando que el personal de conservación del museo haga su trabajo y puedan aportar más detalles. La restauración está previsto que dure más o menos un año, momento en el que se harán públicos los resultados y ya se expondrá al público. ¿Por qué tanto tiempo? Pues porque se trata de un proceso de conservación extremadamente delicado al haberse conservado incluso madera, que no es lo habitual.

Alentados por el primer hallazgo, los investigadores han realizado más búsquedas en esa zona del lago. En la primera encontraron un broche que podría fecharse en torno al siglo III d. C., por lo que es probable, como apuntábamos más arriba, que se trate de una zona de sacrificios. La primera hipótesis que se plantó, que esta fuese una zona de tumbas cerca del lago, se descartó. Una segunda búsqueda arrojó a la superficie una monera del siglo XVIII, que no aporta mucha más información al hallazgo original, y no se descartan nuevas búsquedas. Por ello se pidió familia la máxima discreción un intento de evitar que la zona se convirtiese en un reclamo para curiosos y buscadores de tesoros que impidiesen llevar a cabo las investigaciones y poner en riesgo los posibles descubrimientos.

El lago: Jönköpings Läns Museum

Para esta entrada que usado las dos noticias que os dejo más abajo y le he añadido mis propios comentarios.

Descubierto un nuevo barco vikingo en Noruega

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Un equipo de arqueólogos del Instituto Noruego de Investigación del Patrimonio Cultural (NIKU) ha descubierto un barco vikingo utilizando un georadar motorizado de alta resolución, así como numerosos montículos o túmulos funerarios y Casas Comunales (longhouse) en el condado de Østfold (Noruega). Esta tecnología la ha desarrollado el Instituto Lodwing Boltzmann Para la Prospección Arqueológica y la Arqueología Virtual (LBI ArchPro).

El descubrimiento se ha producido en Viksletta, justo al lado del monumental montículo de Jelle, junto lo que parecen los restos de al menos ocho túmulos funerarios más hasta ahora desconocidos y parcialmente destruido por las labores de arado.

Este impresionante hallazgo se encuentra justo debajo de la capa superficial del suelo, a una profundidad de unos 50 cm aproximadamente y estaba enterrado en lo que inicialmente fue un montículo funerario. Las visualizaciones digitales revelaron una estructura grande y bien definida en forma de barco de unos 20 metros de largo y todo apunta a que la parte inferior del barco aún se conserva. El próximo paso es llevar a cabo investigaciones no invasivas para mapear digitalmente tanto la zona del hallazgo como un territorio más amplio.

Estas primeras investigaciones apuntan a que hay restos bien conservados de la quilla y del casco del barco, a partir de los cuales los arqueólogos ya han realizado una primera reconstrucción hipotética de la nave.

Jellestad viking ship
Créditos: https://www.lbiarchpro-imagery.at/jellhaugen_vikingship_2018_images

Según Morten Hanisch, conservador del condado en Østfold, la importancia del hallazgo radica en que tan solo se han realizado otros tres hallazgos de características similares en Noruega. Además, estos descubrimientos tuvieron lugar hace mucho tiempo, con lo que en este se podrán poner en práctica nuevas tecnologías y mejores métodos de investigación y estudio, como indica también el Dr. Knut Paasche, Jefe del Departamento de Arqueología Digital de NIKU, y experto en barcos vikingos.

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Junto a los túmulos funerarios el georadar ha mostrado evidencias de 5 Casas Comunales, alguna de ellas de tamaño considerable, así como otros 6 edificos más pequeños circundantes, lo que sitúa la zona en un plano similar al de Borre, en el condado de Vestfold cerca del Fiordo de Oslo, justo en la costa opuesta. Este entierro no sería un caso aislado, sino que estaría dentro de un contexto funerario más amplio, un cementerio diseñado para mostrar poder influencia, según las palabras del el arqueólogo Lars Gustavsen, líder del proyecto de NIKU.

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Los arqueólogos del NIKU han propuesto ahora un proyecto de investigación para estudiar más a fondo la nave de Jellestad, el yacimiento y el paisaje circundante con métodos no invasivos antes de llevar a cabo cualquier tipo de excavación, que no descartan a largo plazo, especialmente para pofer fecharlo con carbono 14. Hay expectativas puestas en encontrar otro tipo de hallazgos, como los objetos que acompañaron el entierro, pero es poco probable ya que la zona ha sido cultivada y arada durante siglos de forma intensiva y este tipo de tumbas, muy conocidas, saqueadas profusamente en el pasado.

Fuentes de la noticia:

Nuevo tesoro vikingo descubierto en Dinamarca: 252 monedas de plata del siglo IX

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Todo comenzó cuando el 14 de agosto de 2018 un hombre con un detector de metales en Ribe (Jutlandia – Dinamarca) halló en una zona pantanosa (para variar) unas dieciséis o dieciocho monedas vikingas. Tras este primer descubrimiento se puso en contacto con expertos del Museo del Suroeste de Jutlandia y estos llevaron a cabo una campaña arqueológica en la zona. Estas primeras monedas encontradas eran ya en sí mismas un tesoro, pues eran más de las que se conocían hasta la fecha (tan solo 11), pero es que han resultado ser parte de una colección de 252 piezas de plata muy principios del siglo IX, un hallazgo espectacular ya que las monedas de este periodo son extremadamente raras y estás espectacularmente conservadas. Sin duda es un tesoro vikingo de los grandes. Las monedas están ahora en el Museo del Suroeste de Jutlandia, donde siguen estudiándolas. Posteriormente viajarán al Museo de los Vikingos de Ribe y, finalmente, pasarán a formar parte de la colección del Museo Nacional de Dinamarca, en Copenhague.

Monedas vikingas
Zona de excavación. Foto: Sydvestjyske Museer.

De nuevo las condiciones húmedas en las que se enterraron han ayudado a preservar de forma espectacular el metal, de modo que los arqueólogos han podido estudiar las incisiones y los relieves que han dado información sobre los gobernantes vikingos de aquel periodo y, sobre todo, de la Dinamarca de los primeros años del 800.

Lo más probable, por su localización, es que estas monedas se hubiesen utilizado para el comercio en Ribe, un importantísimo enclave comercial y una de las ciudades danesas más antiguas. Se fundó muy a principios del siglo VIII, cuando los vikingos aún no «existían» (si queréis leer sobre la aparición de los vikingos podéis hacerlo aquí) y enseguida se convirtió en uno de los puntos de comercio más importantes de Escandinavia, junto con Birka en Suecia (si quieres leer sobre Birka tienes un artículo del blog aquí). Recordemos que los vikingos, además de saqueadores, fueron principalmente granjeros y comerciantes.

Las monedas son objetos extraños pues si fuesen algo habitual las habríamos encontrado en mayor cantidad en yacimientos; sin embargo, son piezas excepcionales y realmente extrañas. especialmente las suyas propias (monedas árabes en yacimientos vikingos son habituales pues al ser de plata formaban parte de sus botines; luego las desmenuzaban y las utilizaban en sus transacciones comerciales con sus balanzas de pesar plata) y especialmente de esta época tan temprana como es el siglo IX. La gente ‘normal’ no solía utilizar monedas, por lo que su existencia es destacable.

Monedas vikingas
Situación de las monedas en la zona de excavación. Foto: Sydvestjyske Museer.

Aunque se han hallazo las 252 monedas dispersas, el área de trabajo ha sido marcada con GPS para poder establecer un patrón. Los arqueólogos creen que las monedas debieron estar guardadas en alguna bolsa de cuero, como era habitual, que como material orgánico es normal que no haya sobrevivido al paso del tiempo, y que tras ello acabaron desperdigadas en esa área debido a trabajos de cultivo y arado del suelo.

Algunas de las monedas son simples, pero hay otras marcadas con barcos vikingos y otros motivos más elaborados.

Monedas vikingas
Parte delantera: una cara estilizada con lo que parecen dos ojos que miran fijamente y el pelo de punta. Foto: Sydvestjyske Museer.

 

Monedas vikingas
Parte trasera: lo que parece un ciervo con una serpiente a la altua de la boca. Arriba a la izquierda parece que hay un sol, y debajo del vientre del ciervo un valknut. Foto: Sydvestjyske Museer.

Fuentes

Impresionantes monumentos a los vikingos caídos (Suecia, 1899-1947)

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Me encantan las piedras rúnicas. ¿No os pasa lo mismo? Majestuosas, con sus cientos de años, sus historias que nos llevan a lugares, a acontecimientos y a nombres propios. Historias de viajes, de funerales, de hijos que las erigieron para sus padres.

Hasta hace algo más de un año jamás había visto una de ‘verdad’ en directo e in situ. Sin embargo, el año pasado en Suecia hice un recorrido maravilloso buscando piedras rúnicas, que os contaré dentro de poco con fotos de todas las que vimos, y fue impresionante.

Hoy os traigo un artículo que encontré el otro día, precisamente buscando alguna foto antigua de esas piedras, y que os he traducido (añadiendo algo de información sobre las piedras rúnicas de mi cosecha para darle un poco más de cuerpo) porque me ha encantado.

¡Vamos allá!

Las piedras rúnicas están esparcidas por toda Escandinavia aunque hay también algunas fuera de ella (¡hay más de 6000 conocidas en total a día de hoy!), pero las encontramos especialmente en Suecia, en la provincia de Uppland, donde hay más entre 2500 y 3000 fechadas desde la Edad del Bronce. Aunque la mayoría de ellas son de época vikinga (siglos VIII – XI), abundan sobre todo de finales de esta, del siglo XI.

Principalmente se erigieron para conmemorar a familiares, amigos y seres queridos fallecidos. No siempre eran marcadores o indicadores de tumbas, sino que más habitualmente se colocaban a lo largo de caminos para que pudiesen ser vistas.

La gran mayoría de las piedras rúnicas están inscritas con el futhark joven (de 16 runas frente al antiguo, de 24) que comenzó a utilizarse alrededor del año 800. Además de estos caracteres, las piedras están en muchas ocasiones ricamente decoradas en el típico estilo de arte nórdico de figuras zoomorfas (que suelen parecer serpientes, dragones y animales similares) estilizadas y entrelazadas. Algunas incluso contienen elementos cristianos, evidencia –sobre todo a finales de la Era Vikinga– de ese mundo cambiante a caballo entre el paganismo y el cristianismo que dio formas de arte y adoración tan características e interesantes por su mezcla. Generalmente en el texto se indica a quién se dedica el monumento y, sobre todo, quién manda erigirlo. Eso es muy importante, quién lo ha mandado hacer y quién lo ha hecho. A veces casi más que el difunto en cuestión. Las piedras más antiguas presentan formas, líneas y pictogramas crípticos más propios de grabados rupestres prehistóricos.

Las siguientes fotos pertenecen a la Junta Nacional de Patrimonio de Suecia y muestran a los suecos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX que excavaron, restauraron y posaron junto a estos monolitos. Es maravilloso ver las piedras así, en su contexto de descubrimiento.

1930 – Una niña con un osito de peluche en una piedra rúnica en Söderby, Botkyrka. La inscripción reza «Sibbe y Tjarve hicieron erigir esta piedra en memoria de Torkel, su padre».

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

1917- Una piedra rúnica se encontró en Stora Dalby, en la isla de Adelsö. La inscripción dice «que esta piedra quede en memoria de Öpir…»

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

1912 – Niños ayudan en un yacimiento arqueológico de la Edad de Piedra en Siretorp, Mjällby.

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

1922 – Un hombre busca objetos en un yacimiento (ciénaga) en Kallbäcken, Bygdsiljum.

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

1915 – Gente visitando una excavación en una tumba de la Edad del Hierro en Högabacken, Rimforsa.

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

1930 – Un hombre levanta una piedra rúnica en Berga, Sorunda. La inscripción reza «Svärting y Kåre y Gudmund y Skåre y Knut levantaron esta piedra en memoria de Otrygg, su padre, que cayó en la comitiva de Gudve»

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

1937 – Un hombre mueve una piedra rúnica en Väntholmen, Hilleshög, en la isla de Färingsö. Se lee «Stenfast hizo … la piedra en memoria de Björn, su hermano… en memoria de Björn y Arnfast»

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

1929 – Elias Wessén and Harald Faith-Ell aplican pintura en la piedra de Kungshållet. En ella se lee «Alrik, el hijo de Sigrid, levantó la piedra en memoria de su padre Spjut, que había estado en el oeste, se hirió y luchó en los municipios. Conocía todas las fortalezas del viaje»

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

1936 – Una piedra rúnica al lado de una casa en Herrestad. La inscripción reza «Gudmund hizo este monument en memoria de Ormar, su hijo»

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

1924 – Chicos con un grabado rupestre de la Edad del Bronce (ca. 1800-500 a. C.) en Stora Herrebro.

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

1899 – Una piedra rúnica caída en Korpbron, Juresta. En la inscripción se lee «Sandar erigió esta piedra en memoria de Joar, su pariente. Nadie tendrá un hijo más capaz. Que Thor te proteja»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1934 – Unas chicas posan al lado de una piedra cerca de una granja en Uppland. En la inscripción se lee «Kale hizo cortar esta piedra en memoria de su hermano Tärv, y Munde en memoria de su pariente por matrimonio».

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1923 – Gunnel Hamner, hija del fotógrafo J.W. Hamner, posa con las piedras rúnicas de la iglesia de Stenkumla, en la isla de Gotland. Una de ellas reza «Botmund y Botraiv y Gunnvat, levantaron la piedra… cultivar y asentar en el sur con las pieles. Y él encontró su final en Ulvshale…». La otra dice «Botmund y Botraiv y Gunnvat erigieron esta piedra… su padre. Que Dios y la madre de Dios ayuden a su alma mejor de lo que podríamos orar»

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1934 – Una piedra rúnica en la granja Törnby, en Uppland. La inscripción dice «Ofeg y Sigmar y Fröbjörn levantaron la piedra en memoria de Jörund, su padre, el marido de Gunna. Ärnfast talló las runas».

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1944 – La piedra de Nävelsjö, en Nöbbeleholm. La inscripción reza «Gunnkel puso esta piedra en memoria de Gunnar, su padre, el hijo de Rode. Helge, su hermano, lo puso en un ataúd de piedra en Bath, Inglaterra».

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1925 – Un hombre de pie al lado de una piedra rúnica en Odensala. La piedra dice «Ulv y Härbjörn y Häming hicieron erigir esta piedra en memoria de Borgulv, su padre»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1931 – Un grabado rupestre de la Edad del Bornce (ca. 1800 – 500 a. C.) en una roca de granito en Evenstorp, Dalsland.

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1937 – Piedras en una granja de Änge en Buttle, en la isla de Gotland.

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1936 – Un hombre trabaja reparando una piedra rúnica en Svedjorna, en Södra Ving. En la inscripción se lee «Tole y Torny hicieron este monumento en memoria de Tore y Klakke, sus hijos»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1934 – Una roca en Södra Sätra, Sollentuna, llamada la Piedra de Jarlbanke. La inscripción reza «Häming y Jarlabanke hicieron despejar el camino y hacer los puentes en memoria de su padre; y Estrid en memoria de sus hijos Ingefast e Ingvar. Que Dios ayude a sus espíritus»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1930 – El grabado de Holmfast junto al camino de Södertälje. La inscripción reza «Holmfast hizo despejar el camino en memoria de Inge… su buena madre… Holmfast hizo despejar el camino y hacer el puente en memoria de Gammal, su padre, quien vivía en Näsby. Que Dios ayude a su espíritu. Östen)»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1918 – Un estudiante con una piedra rúnica en Anundshög, en la zona prehistórica de Badelunda. En la inscripción se lee «Folkvid hizo erigir todas estas piedras en memoria de su hijo Heden, el hermano de Anund. Vred talló las runas»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1928 – Harald Faith-Ell and Elias Wessén pintando las runas del grabado de Sigurd en la piedra de Ramsund. Estos grabados vikingos representan la saga nórdica de Sigurd, sobre el héroe Sigurd, quien mató al dragón Fafnir. La inscripción dice «Sigrid, la madre de Alríkr’s, hoja de Orm, hizo este puente para el alma de Holmger, padre de Sigröd, su marido»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1940 – Una piedra con inscripción rúnica en Granby, Orkesta. Se lee «Häming y Själve y Johan hicieron tallar la piedra en memoria de su padre Finnvid y Vargas y Ragnfrif y su madre, y en memoria de Ingegärd y en memoria de Kalv y Gärdar y… Él solo era dueño de todo al principio. Estos eran sus parientes. Que Dios ayude a sus espíritus. Visäte talló estas runas»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1926 – Una chica con una piedra rúnica en Lejsta. La inscripció dice «Vigdjärv y Jorund y Sigbjörn hicieron erigir la piedra en memoria de Svartung, su padre».

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

c. 1899 – Inscripción rúnica en una piedra den Broby, Runtuna. Se lee «Otrugg, Agmund Sigrev, hicieron tallar la piedra en memoria de Bove, su capaz padre»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1933 – La piedra de Hunninge, una piedra del siglo VIII, en la isla de Gotland.

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1923 – El lingüista y runólogo Otto von Friesen posa entre postes medievales en la isla de Gotland. El de la izquierda dice «Olav y Suders nos hicieron»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1945 – Una piedra rúnica en Ledberg, Östergötland. La piedra tiene imágenes mitológicas, posiblemente del Ragnarök, con el lobo Fenrir devorando a Odín. La inscripción, en tres lados, dice «Bise puso esta piedra en memoria de Torgöt… su padre, [Bise] y Gunna, los dos [erigieron la piedra]. Caro, muérdago, ataúd»

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1931 – Una chica al lado de una piedra plana con inscripción rúnica en Skillinge. La inscripción reza «Aftare y Torgils hicieron grabar estas runas en memoria de Horse, su padre, y en memoria de Vidfare, su hermano».

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Imagen: Swedish National Heritage Board

1944 – Grabados de la Edad de Piedra y la Edad del Bronce cerca de los rápidos de Nämforsen, en el río Ångermanälven.

Piedras rúnicas
Imagen: Swedish National Heritage Board

 

 

Fuente original: https://bit.ly/2z7NU0m

 

Las piedras rúnicas: breve introducción a lo que fueron y su significado

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Las piedras rúnicas son, como su propio nombre indica, piedras –monumentales muchas de ellas– con inscripciones rúnicas y elementos decorativos que se localizan especialmente en Escandinavia. Son un legado escandinavo, vestigio de su civilización; en ellas encontramos información sobre sus creencias, sus inquietudes, sus viajes, su mitología e, incluso, aspectos más mundanos como serían la vestimenta o sus barcos gracias a los dibujos grabados que podemos ver en algunas de ellas.

Aunque mucha gente las asocia exclusivamente a los vikingos, lo cierto es que las primeras de las que se tiene constancia datan del siglo IV y son ya una continuación de las lápidas germánicas del continente europeo que empezaron a erigirse, a su vez, en imitación a las romanas. La mayoría, no obstante, sí son de periodo vikingo, entre los siglos VIII – XI, y algunas de se extienden hasta el siglo XII.

Ög_Fv1970;310,_Kullerstad
Ög Fv1970;310 – Suecia – Östergötland – s. XI

¿Cómo eran y para qué servían las piedras rúnicas?

Generalmente son piedras de un tamaño considerable –pese a que también las hay más pequeñas– con inscripciones rúnicas acompañadas normalmente de imágenes varias. Su cometido principal es de carácter funerario, dedicadas a algún personaje relevante de una comunidad tras su muerte con intención de glorificar la memoria de los difuntos, aunque también se utilizaron para otros afanes; narrar acontecimientos importantes tales como invasiones, colonizaciones o viajes[1], hechos relevantes en una aldea o comunidad[2], dejar herencias, marcar los límites de un territorio, exhibir estatus social y económico, narrar pasajes de la mitología y las creencias populares, etcétera.

Tal y como sucede con el arte nórdico en general, las piedras rúnicas (las de época vikinga) pueden clasificarse en distintos estilos; Oseberg, Bredal, Borre, Jelling, Mamme, Ringerike (Pr1 y Pr2) y Urnes (Pr3, Pr4 y Pr5), éste último el más reciente, el más elaborado y el que contiene más reminiscencias cristianas. Esta catalogación la llevó a cabo Anne-Sophie Gräslund y cubre un periodo de tiempo que va entre el 980 al 1130, aunque incluye también algunas más antiguas y otras posteriores.

Sö_217,_Berga
Sö 217. Suecia – Södermanland – época vikinga

¿Por qué se les llama piedras rúnicas?

Principalmente debido a que las inscripciones que en ellas encontramos están realizadas en lo que conocemos como alfabeto rúnico, futhark, que utiliza unos símbolos/letras llamados runas que servían para escribir las lenguas de origen germánico principalmente en territorios germanos (futhark antiguo), en Escandinavia (futhark joven) o territorio anglosajón (futhorc) desde el siglo I hasta el siglo XII aproximadamente. En el caso de las piedras rúnicas las previkingas –esto es, las anteriores al siglo VIII– habrían utilizado lo que se conoce como el futhark antiguo (compuesto por 24 runas) para escribir en lengua protonórdica y las piedras rúnicas de época vikinga – es decir, entre los siglos VIII y XI, pudiendo alargar hasta el XII – habrían utilizado el futhark joven o escandinavo (compuesto por 16 runas), para escribir en lengua que conocemos como nórdico antiguo.

Piedras rúnicas
Recreación idealizada de piedras rúnicas por Azahara Herrero (https://www.facebook.com/azaharaherreroIllustration). Prohibido su uso sin permiso. http://www.azaharaherrero.com

¿Qué se escribía en ellas?

Casi todas las piedras rúnicas siguen un mismo patrón en cuanto a su texto, en el que aparecen mencionados:

  • La(s) persona(s) a cuya memoria se erige el monumento.
  • La(s) persona(s) que la manda(n) erigir. Generalmente hombres y para hombres, todos parientes directos como padres e hijos. En muy pocos casos es una mujer la que manda erigir la piedra a no ser que sea hija o viuda del conmemorado y lo haga junto a otro hombre. Menos habitual es que sean hermanos u hermanas y prácticamente escasos los parientes más lejanos.
  • La relación entre quien erige la piedra y a quien conmemorado.
  • La descripción del conmemorado (estatus social, si había realizado algún viaje, saqueo, colonización, lugar de muerte…).
  • Herencias.
  • Plegarias y/u oraciones.
  • Aquél que talló la piedra.

Es sustancialmente curioso el hecho de que en el caso de las piedras rúnicas vikingas sea casi más importante quién ha mandado erigir el monumento que a quién va destinado.

En algunos casos, los menos, las piedras tan solo contienen imágenes; representando acciones –como una ceremonia funeraria– o pasajes y escenas de la mitología nórdica.

¿Cuándo aparecen y dónde están?

La mayoría de ellas se erigieron durante la Era Vikinga (siglos VIII-XI), sin embargo, las hay anteriores y posteriores a la Era Vikinga (siglo IV a siglo XII):

  • A partir del siglo IV y V –> En Noruega y Suecia.
  • A partir del siglo VI y VII –> En Dinamarca.
  • Existen unas 50 piedras rúnicas en Escandinavia fechadas durante las invasiones germánicas.

No obstante, la gran mayoría se erigen, como hemos visto, entre los años 950 y 1100.

En cuanto a su ubicación, las cifras oscilan bastante según las fuentes que consultemos[3], pese a ello, lo que sí está claro es que de las más o menos 6000 piedras rúnicas de las que se tiene constancia a día de hoy, la mayoría de ellas se encuentran ubicadas en territorios escandinavos y, la mayoría de éstas, en Suecia.

Escandinavia:

  • Suecia –> Más de 2500 piedras rúnicas, lo que significa que casi la mitad de las piedras rúnicas conocidas en el mundo se encuentran allí. La zona de Uppland es el lugar con más piedras rúnicas del mundo, casi 1200, de las cuales, el setenta por ciento contienen elementos cristianos como cruces o frases tipo oración/plegaria.
  • Dinamarca –> Alrededor de 250.
  • Noruega –> Alrededor de 50.
  • Islandia –> No se conoce ninguna a día de hoy.
  • Groenlandia –> Muy pocos ejemplares.

Fuera de Escandinavia:

  • Isla de Man –> Unas 30, fechadas en los siglos IX – XI.
  • Inglaterra, Irlanda, Escocia e Islas Feroe –> Muy pocos ejemplares.
  • Europa del Este –> Aunque podría haber habido más teniendo en cuenta que los vikingos se establecieron en la zona, tan sólo ha perdurado hasta el día de hoy la piedra rúnica de Berezan.
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GR 1 – Groenlandia – S. XIII

¿Dónde se colocaban?

Generalmente en lugares emblemáticos:

  • Lugares de enterramiento.
  • Lugares de asamblea de gobierno o Thing.
  • Lugares que señalizaban caminos o límites de tierras.

Actualmente se han hallado muchas en iglesias y recintos circundantes a éstas. Los investigadores conocen alrededor del 90% de las ubicaciones reales de las piedras rúnicas que se han hallado hasta el día de hoy y se estipula que algo menos del 50% de éstas fueron movidas de su emplazamiento original. Las hipótesis para las piedras halladas en iglesias son varias:

  • La iglesia se habría erigido en algún lugar simbólico de la zona que ya poseía piedras rúnicas y éstas quedaron emplazadas dentro de sus límites con la cristianización escandinava.
  • En un intento de hacer la transición a la cristianización más leve o llevadera para los pueblos paganos, se decidió trasladar estos elementos paganos a los nuevos lugares de culto cristianos.
  • Teniendo en cuenta que muchas de las piedras rúnicas conocidas tienen claros elementos cristianos, éstas se habrían erigido en un momento ya cristiano o en proceso de cristianización y se habrían emplazado directamente en las iglesias o lugares cercanos.

 

Si queréis ver fotos antiguas de piedas rúnicas podéis ir a este artículo del blog, Impresionantes monumentos a los vikingos caídos (Suecia, 1899-1947) y próximamente hablaremos de un recorrido de piedras rúnicas por Suecia que hice hace un tiempo, ¡chulísimo!


[1] Como la piedra rúnica de Sandavágur, en las Islas Feroe, que conmemora en establecimiento en el lugar de un hombre procedente de Rogaland, al sudeste de Noruega.

[2] Como la piedra rúnica de Hørning, en Jutlandia (Dinamarca) que registra la liberación de un esclavo.

[3] Algunos autores distinguen entre piedras rúnicas e inscripciones rúnicas (contemplando estos otros soportes) y otros autores no los distinguen. Asimismo, algunos autores en sus estudios especifican esta distinción y otros no, por lo que en ocasiones es harto complicado discernir a qué se están refiriendo.

 


Bibliografía

  • FINDELL, Martin. Runes. The British Museum, Londres, 2014.
  • HALL, Richard. El mundo de los vikingos. Ed. Akal Grandes Temas, Madrid, 2008.
  • PAGE, R. I. Runes and Runic Inscriptions. Collected Essays on Anglo-Saxon and Viking Runes. Parsons, D. (ed). Boydell Press, Woodbridge, 1995.
  • SAWYER, B. The Viking-Age Rune-Stones. Oxford University Press, Oxford, 2000.
  • SAWER, Peter. The Oxford Illustrated History of the Vikings. Oxford University Press, Oxford, 1997.
  • The Origin of Runes and Old Englosh Runic Inscriptions.
  • http://www.arild-hauge.com/PDF/The%20Origin%20of%20Runes%20and%20Old%20English%20Runic%20Inscriptions.pdf

 

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